Infancia de Heracles
Se dice que Hera envió dos serpientes a la cuna del recién nacido Hércules y de su hermano Íficles para que acabaran con él pero el pequeño sorprendentemente las extranguló con sus propias manos. Otra versión narra que quien puso las serpientes en la cuna de los pequeños fue Anfitrión para descubrir quién de los dos niños era descendiente de dioses. Cuando vió que Íficles se escondía mientras su hermano agarraba a las dos serpientes y las ahogaba no le cabió duda de que era Hércules el niño con sangre divina. Otro relato de la infancia del Alcida cuenta que Hermes llevó al niño al Olimpo y lo colocó sobre el pecho de Hera mientras dormía y que esta al despertar lo apartó del pecho con tal precipitación que un poco de leche se derramó para formar la Vía Láctea. Otra versión cuenta que se lo acercó al pecho sin revelarle la identidad del niño pero ella descubrió quién era por la fuerza con la que succionaba. Mediante esta acción Hera le dio la inmortalidad o bien el episodio anunció su futura apoteosis.
Su educación se encomendó a los más célebres expertos. Aprendió el manejo del arco de
Éurito, hijo del mismo Apolo. Parece ser que el maestro murió a manos de Apolo por haberse atrevido a desafiarle en un concurso de tiro con arco, otra versión dice que murió a manos de su pupilo Hércules. Este último aprendió junto a su padre a conducir carros y de Cástor aprendió el arte de la guerra. En todo esto Hércules era muy hábil pero en música era torpe y lento cosa que desesperaba a su maestro Lino. Un día Lino perdió la paciencia con su joven pupilo y lo golpeó. Hércules le devolvió el golpe con su lira y lo mató. Evitó ser juzgado gracias a una ley promulgada por Radamantis que justificaba la toma de represalias en defensa propia.
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