Hipólito y Fedra
Cuenta el mito que después de abandonar a la amazona Antíope, Teseo se casó con Fedra a quién su hermano había ofrecido para conciliar las relaciones entre Atenas y Creta y con la que tuvo dos hijos: Acamante y Demofonte. Fedra concibió una desesperada pasión por su hijastro Hipólito pero fue rechazada por él y por eso consiguió que su padre le enviara hacia Trecén, junto a Piteo. Mientras Hipólito viajaba hacia Trecén, ella contó a su esposo que había intentado violarla y Teseo, creyendo sus palabras, maldijo a su hijo ante Poseidón. Entonces un toro salió del mar y asustó a los caballos de Hipólito. Este perdió el control, salió despedido y se mató. Cuando conoció Fedra el destino de Hipólito no pudo aguantar el remordimiento y se suicidó.
Eurípides en su Hipólito narra que el joven es un cazador casto y devoto de Ártemis que ha despreciado el culto a Afrodita y por esto la diosa hace que Fedra conciba un gran amor hacia su hijastro. Fedra esta avergonzada de este sentimiento semi-incestuoso y por esto incluso intenta quitarse la vida no comiendo. La nodriza de Fedra se entera de esto e intenta hacer que él joven se acerque a Fedra. Después de ser rechazada por Hipólito teme que la acuse ante su marido y se suicida dejando una carta en la que acusa a su hijastro de intentar violarla en parte por despecho y en parte para evitar que su nombre quede manchado.
Cuando Teseo lee esto, maldice a su hijo ante Poseidón y desprecia cualquier intento de su hijo de defender su inocencia. Poseidón hace que Hipólito quede herido en Trecén y sus compañeros lo llevan hacia su casa. Cuando llegan, Teseo ya sabe la verdad gracias a Ártemis y padre e hijo se reconcilian antes de que muera Hipólito.
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