jueves, 24 de octubre de 2013

Versiones de mitos: El iphone de la discordia





Eran las nupcias de Tetis y Peleo y se celebraba una fiesta por todo lo alto. Acudieron dioses, ninfas, héroes y los más distinguidos mortales. Solo faltó en su lista de invitados la diosa Eris que sumamente enfadada por ese desprecio se presentó en el banquete nupcial y dejó sobre la mesa en la que se sentaban las diosas olímpicas uno de los codiciados iphone de oro. No eran unos smatphone corrientes, pues estaba recubiertos de oro puro, pero tampoco eran simples joyas ya que proporcionaban inmortalidad y una dicha desmedida por lo que no estaban al alcance de cualquiera. Existían en el mundo siete teléfonos como ese y se encontraban en la provincia de Cádiz, en casa de las Hespérides que se encargaban de custodiarlos. Para mayor seguridad también los custodiaba un dragón llamado Ladón.

Tres fueron las que se disputaron el iphone que llevaba grabada la palabra καλλίστῃ "para la más bella": Atenea, Afrodita y la reina de diosas Hera. Zeus decidió que el joven pastor Paris sería el juez de este certamen pues no se le ocurría otra persona más imparcial.
Enseguida las diosas intentaron sobornarle. Hera en primer lugar, se aceró a su morada y le dijo: " si me elijes a mí desposarás una buena mujer, serás feliz en tu matrimonio y engendrarás hijos sanos que puedan heredar tus bienes". 

No tardó mucho en llegar Atenea y le dijo: " si tuvieras a bien concederme el iphone de oro, yo te otorgaré la victoria sobre todas tus empresas. Podrás forjar un gran imperio textil si se te antoja,  escribir un best seller, triunfar en los deportes o ser un alto cargo en cualquier multinacional.

Finalmente se presentó en su casa la hermosa Afrodita y le dijo: " si decides que yo sea la más hermosa de las diosas, te entregaré a la más hermosa de las mortales como esposa. Haré que pierda la cabeza por ti, abandone a su amado esposo y parta junto a ti rumbo a Ilion.

El joven Paris, suspiraba desde hacía tiempo cuando oía el nombre de Helena,aquella mortal de belleza divina, y no dudó en entregar el iphone a la diosa Afrodita. Poco le importaron entonces las consecuencias de sus actos, ni que su ciudad sería borrada de los mapas, ni su propia muerte. Hubiera hecho cualquier cosa por que aquella mujer compartiera su lecho una sola noche.

2 comentarios:

David dijo...

Cada vez mas la tecnología se mete en nuestra vida y se apega a todo tipo de historias en las que se pueden adaptar. Mas alla de todo, disfruto de tener mi ipod touch con el que puedo hacer muchísimas tareas

mitoslogos dijo...

Sí, David, los smparphones son parte ya de nuestro día a día. Tener uno es casi tan natural como comer cada día.